Necesitaba verlo nuevamente, era como una droga: por el momento estaba satisfecha, no quería pedir más, no quería tener una sobredosis. Eso es él: una droga. Necesito, me da. Necesito, no está. ¿Que hago? Necesito. ¿Y que más? Necesito. Necesito. Abstinencia: crisis de llanto, electricidad, me muero. Y cuando estoy casi dentro del ataúd, él vuelve y me da, y me calmo y vuelvo a respirar y vuelvo a vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario